En Irán, una especie de tigres al borde de la extinción podrá recuperarse gracias a unos ejemplares provenientes del Oriente de Rusia.
En una jaula del zoológico de Teherán es costumbre dormir la siesta. Allí vive el tigre Sibir, que llegó hasta ese lugar después de haber atravesado una enorme distancia desde el Lejano Oriente de Rusia. Ocurrió debido a las condiciones del acuerdo entre Irán y Rusia. Irán facilitó unas hembras de leopardos persas y recibió a cambio estos ejemplares de esta especie de tigre.
Las autoridades afirman que los animales provienen de una población que reside en el Norte de Irán. La República Islámica también firmó acuerdos con Malasia, Indonesia e India para que les faciliten grandes felinos que habitan sólo en regiones de clima cálido.
“Queremos recuperar la población de estos tigres en la parte oriental de Rusia y en el norte de Irán. Ahora tratamos de crear condiciones que puedan ayudarles a ambientarse y contribuyan a su procreación y así podamos recibir de ellos las primeras crías”, afirma Al-Jami, director del parque Arm para la protección de animales
Este es el primer paso que ha emprendido el Departamento de Protección de la Naturaleza de Irán, como parte del programa destinado a la diversificación de la fauna en ese país. Este ambicioso plan prevé la entrada de la mayor cantidad posible de animales y la creación de condiciones ecológicas favorables. La idea es lograr que se reproduzcan naturalmente y así crear una nueva población.
Machos y hembras están en jaulas separadas. Según los empleados del zoológico, esto se debe a que en la vida silvestre los tigres se unen sólo durante el periodo de celo, que empieza a principios del otoño. Entonces estarán en una sola jaula, donde se podrán aparear y aumentar el número de esta especie en peligro de extinción.
actualidad.rt.com
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